Vino Pago de Fuentevega Reserva 2017: el tinto que te sube al cielo

¿Estás aburrido de los vinos tintos que te dejan indiferente? Pago de Fuentevega Reserva no lo hará

¿Te gustaría probar algo diferente, que te emocione y te divierta? Pues no busques más, porque tenemos lo que necesitas: el vino Pago de Fuentevega Reserva 2017, el tinto que te sube al cielo.

El vino Pago de Fuentevega Reserva 2017 es un vino tinto que se elabora con la uva tempranillo, una uva muy fina que se cultiva en la zona de Ribera del Duero, en Castilla y León. Esta uva es muy caprichosa con el clima y el suelo, y tiene un carácter muy especial: es potente, elegante y complejo, pero sin perder la frescura.

Este vino tiene una historia muy curiosa. Resulta que la bodega Pago de Fuentevega se fundó en 1998 por un grupo de amigos que tenían una pasión común: el vino. Así que decidieron comprar unas tierras en Aranda de Duero, plantar unas cepas de tempranillo y hacer su propio vino. Pero no un vino cualquiera, sino un vino de pago, es decir, un vino que procede de un viñedo único y singular, con unas condiciones climáticas y edáficas excepcionales.

Así nació el Pago de Fuentevega, un viñedo de 40 hectáreas situado a 850 metros de altitud, con un suelo arcilloso y calcáreo y un clima continental. Un viñedo que se cuida con mimo y respeto, siguiendo los principios de la agricultura ecológica y sostenible. Un viñedo que da unos frutos de gran calidad y personalidad.

Para hacer este vino, los vendimiadores se levantan al alba y recogen las uvas a mano, con mucho mimo y cariño. Luego las llevan a la bodega, donde las seleccionan una a una y las despalillan. Después las meten en unos depósitos de acero inoxidable y las dejan macerar y fermentar a su ritmo, sin prisas ni presiones. Luego las trasiegan a unas barricas de roble francés y americano, donde las dejan reposar durante 24 meses. Por último, las embotellan y las dejan afinar durante otros 12 meses en la botella.

El resultado es un vino espectacular, que te hará vivir una experiencia única. Te lo contamos todo sobre él:

Lo que verás

Cuando sirvas este vino en una copa transparente y limpia, verás que tiene un color rojo cereza con ribetes granates, limpio y brillante. Te parecerá el color del amor, o del fuego, o del atardecer. O quizás te recuerde al color del kétchup, o del tomate frito, o del pintalabios. Lo que está claro es que es un color bonito y llamativo.

Si agitas la copa suavemente, verás que forma unas lágrimas gruesas y abundantes en las paredes de la copa. Esto te indica que tiene una buena graduación alcohólica (14 %) y que te va a poner contento. O quizás te recuerde a las lágrimas de tu ex, o a las tuyas cuando ves una película triste, o a las de cocodrilo cuando finges estar arrepentido. Lo que está claro es que son unas lágrimas generosas y sinceras.

Lo que olerás

Cuando acerques la copa a la nariz, percibirás unos aromas intensos y complejos de frutas rojas (cereza, frambuesa), frutas negras (mora, arándano), especias (pimienta, clavo), vainilla, cacao, cuero y tabaco. Te parecerá una nariz muy agradable y seductora, como la de tu pareja cuando se pone perfume. O quizás te recuerde a la nariz de tu perro, o a la de tu abuelo, o a la de Pinocho. Lo que está claro es que es una nariz muy expresiva y variada.

Si agitas la copa de nuevo, notarás que los aromas se intensifican y se añaden otros matices como el regaliz, el café o el humo. Esto te indica que el vino tiene una buena expresión varietal y una buena elaboración. O quizás te recuerde a los caramelos de regaliz, o al café de la mañana, o al humo del cigarro. Lo que está claro es que es una nariz muy intensa y compleja.

Lo que saborearás

Cuando tomes un sorbo del vino y lo pasees por la boca, apreciarás unas sensaciones táctiles muy agradables. Notarás que el vino es seco, potente y equilibrado, con una buena acidez y unos taninos maduros y redondos. Tiene un cuerpo medio-alto y una buena persistencia. Te parecerá un vino muy armonioso y elegante, como un traje de Armani. O quizás te recuerde a un vino muy fuerte y brusco, como un chándal de mercadillo. Lo que está claro es que es un vino con mucho carácter y personalidad.

Los sabores que percibirás son los mismos que los aromas, con predominio de la fruta madura, la madera y el torrefacto. Te parecerá un vino muy sabroso y satisfactorio, como un buen plato de comida. O quizás te recuerde a un vino muy amargo y desagradable, como una mala medicina. Lo que está claro es que es un vino con mucho sabor y calidad.

Lo que sentirás

Cuando termines de beber este vino, sentirás una sensación de placer y felicidad. Te parecerá haber vivido una experiencia única e irrepetible, como un viaje al espacio. O quizás te recuerde a una experiencia muy común y aburrida, como ir al dentista. Lo que está claro es que habrás probado un vino diferente, con carácter y sabor.

El vino Pago de Fuentevega Reserva 2017 es un vino que te sube al cielo, o al menos te lo hace ver. Un vino que te sorprenderá por su calidad y su precio. Un vino que te hará disfrutar de cada sorbo.

Si quieres probar este vino, puedes comprarlo en la web de la bodega Pago de Fuentevega, o en algunos supermercados online. También puedes visitar la bodega y sus viñedos, conocer su historia y su filosofía, y degustar sus vinos en su sala de catas. Una experiencia enoturística que te acercará al mundo del vino y a la cultura de Ribera del Duero.

PD. No elaborar artículos de opinión tras beber este vino. Salud¡¡¡

Vino Verdejo Molongo: el blanco que te pone las pilas

¿Estás cansado de los vinos blancos sosos y aburridos? ¿Te gustaría probar algo diferente, que te sorprenda y te divierta? Pues no busques más, porque tenemos lo que necesitas: el vino Verdejo Molongo, el blanco que te pone las pilas.

El vino Verdejo Molongo es un vino blanco que se elabora con la uva verdejo, una uva muy maja que se cultiva en la zona de Rueda, en Castilla y León. Esta uva es muy resistente al frío y al calor, y tiene un carácter muy especial: es fresca, frutal y un poco amargosa, pero de buen rollo.

Para hacer este vino, los vendimiadores se levantan de madrugada y recogen las uvas a mano, con mucho cuidado y cariño. Luego las llevan a la bodega, donde las meten en unos tanques de acero inoxidable y las dejan fermentar a su aire, sin prisas ni presiones. Así se consigue un vino joven, sin madera ni tonterías, que expresa lo que es: un vino auténtico y sincero.

El vino Verdejo Molongo tiene un color amarillo pajizo con destellos verdes, como el sol de la mañana. Huele a frutas blancas (manzana, pera), a cítricos (limón, pomelo), a flores blancas (jazmín, azahar) y a hierbas aromáticas (hinojo, anís). Sabe a lo mismo que huele, pero con un toque amargo que le da gracia y personalidad. Tiene una acidez muy buena, que te refresca y te anima. Y tiene un final largo y agradable, que te deja con ganas de más.

El vino Verdejo Molongo es un vino muy versátil y fácil de beber, que puedes tomar solo o con comida. Te va bien con aperitivos, ensaladas, pescados, mariscos, arroces o quesos suaves. O con lo que te apetezca, porque este vino no es exigente ni se pone tiquismiquis. Se recomienda servirlo entre 8 y 10 ºC para que esté fresquito y rico.

Si quieres probar un vino blanco diferente, con carácter y sabor, te invitamos a descubrir el vino Verdejo Molongo, el blanco que te pone las pilas. Un vino que te sorprenderá por su calidad y su precio. Un vino que te hará disfrutar de cada sorbo.

La bodega Molongo

El vino Verdejo Molongo es uno de los vinos que elabora la bodega Molongo, una bodega familiar fundada en 1998 en la localidad de La Seca, en el corazón de la Denominación de Origen Rueda. La bodega cuenta con 40 hectáreas de viñedo propio, situado a una altitud de 750 metros sobre el nivel del mar, con un suelo pedregoso y un clima continental. La bodega apuesta por la calidad y la sostenibilidad, cuidando el medio ambiente y respetando la tradición vitivinícola de la zona.

Mi cata personal del vino Verdejo Molongo

Para compartir mi experiencia con este vino, he decidido hacer una cata personal siguiendo los pasos básicos de observación, olfacción y gustación. Pero no te esperes una cata seria y aburrida, porque yo soy más de cachondeo y diversión. Estas son mis impresiones:

  • Observación: He servido el vino en una copa transparente y limpia, con forma de tulipa y boca estrecha. Bueno, en realidad era una copa normal y corriente, pero me he querido poner fino. He observado el color del vino a contraluz y he visto que tiene un tono amarillo pajizo con reflejos verdosos. Me ha recordado al color del pis después de beber mucha agua. He agitado la copa suavemente y he visto que forma lágrimas finas y abundantes en las paredes de la copa. Esto me indica que tiene una buena graduación alcohólica (13 %) y que me va a poner contento.
  • Olfacción: He acercado la copa a la nariz y he percibido aromas intensos y complejos de frutas blancas (manzana, pera), cítricos (limón, pomelo), flores blancas (jazmín, azahar) y hierbas aromáticas (hinojo, anís). Me ha parecido una nariz muy agradable y perfumada, como la de mi abuela cuando se ponía colonia. He agitado la copa de nuevo y he notado que los aromas se intensifican y se añaden otros matices como la almendra verde o el heno. Esto me indica que el vino tiene una buena expresión varietal y una buena elaboración. O sea, que huele bien y que está bien hecho.
  • Gustación: He tomado un sorbo del vino y lo he paseado por la boca para apreciar sus sensaciones táctiles. He notado que el vino es seco, fresco y equilibrado, con una buena acidez y un ligero amargor que le da personalidad. Tiene un cuerpo medio y una buena persistencia. Los sabores que he percibido son los mismos que los aromas, con predominio de la fruta blanca, el cítrico y el anís. El vino tiene una buena armonía y un buen paso por boca. O sea, que sabe bien y que entra bien.

En conclusión, el vino Verdejo Molongo me ha parecido un vino blanco muy agradable y satisfactorio, que refleja bien las características de la uva verdejo y de la zona de Rueda. Es un vino que se puede beber solo o acompañar con platos ligeros y frescos. Me ha gustado mucho y lo recomiendo. Y ahora voy a tomarme otra copa, porque me lo merezco. SALUD